Posted: 31 Oct 2017 06:09 PM PDT
La Asamblea Nacional Constituyente anunció el inicio de acciones para intervenir el caos económico que vive Venezuela producto de la caída de los precios del petróleo, la guerra económica y prácticas de corrupción en distintos niveles. El Gobierno también ha anunciado una jornada de acciones en materia económica para equilibrar el escenario nacional al mismo tiempo que se consolida la estabilidad política con las victorias electorales consecutivas del chavismo. En este sentido, es posible señalar varios aspectos que corresponden a necesidades tanto económicas como políticas.
Mucho se ha hablado ya de que el nodo central de la crisis en el abastecimiento está en la distribución de los productos. Los economistas hablan de la producción y sus problemas, pero la verdad es que la distorsión más grande está en el proceso ubicado entre la producción y el acceso del consumidor final a los bienes comerciales. Se ha instalado la idea de que el país sufre una situación de "escasez" generalizada en un conjunto de productos básicos. Se habla como si estos productos "no existieran" en el país. La realidad es que los productos existen, están ahí, y la prueba es que se pueden conseguir todos a través de una perversa red de comercialización que se ha llamado el bachaqueo. Piense usted en un producto imposible de conseguir en un supermercado y con toda seguridad ese producto estará disponible de manos de algún bachaquero. Esto es tan cierto que, además de ser evidente para el pueblo, el Gobierno creó la Misión Abastecimiento Soberano, que se encargaría de corregir las distorsiones en la distribución con el poder de la Fuerza Armada.
Entonces, el problema es que no se ha podido corregir el caos distributivo porque este punto de la cadena está controlado por estructuras que no se pueden llamar de otra manera sino mafias. Así que atacar al bachaqueo no se trata de hacer una redada y meter preso a aquellos que están en la punta de la cadena, el bachaquero que vende en la calle, que es el que anteriormente se conocía como buhonero. El asunto está en desarticular las redes mafiosas que obtienen los productos por toneladas directamente de las empresas productoras y de las instituciones públicas y se encargan de distribuirlos en estas redes clandestinas. Este problema es mucho más político de lo que se piensa, ya que la "clandestinidad" de estas redes no es completa. La gente sabe y ve todos los días dónde están los lugares que sirven de almacenes para surtir a los bachaqueros. Es probable que estos depósitos existan en muchas ciudades del país y mantengan actividad en medio de una completa impunidad.
Si no se atacan estas redes como lo que son, crimen organizado, es porque hay intereses envueltos que no permiten que se ejecuten estas acciones como debe ser. Hay que revisar todo el sistema, empezando por el funcionariado implicado en los procesos de distribución, supervisión, fiscalización y los organismos de seguridad. De otra manera estaremos dando vueltas en círculos mientras se desgasta el capital político logrado electoralmente.
Publicado en Ciudad CCS el 1/11/2017.
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