miércoles, 1 de noviembre de 2017

Presidente de Pequivén: “Estamos acabando con los vicios de la industria”

Jhoandry Suárez | jasuarez@panodi.com
Mónica Guevara
Tras el escándalo de corrupción que remeció a la principal empresa petroquímica del Estado, Pequivén, la dirección de la industria pasó a manos de la misma persona que condujo aquella tanqueta que derribó las puertas de Miraflores el recordado 4 de febrero de 1992, al teniente coronel Rubén Ávila Ávila. 
Sucesor de Juan Carlos DePablo, removido por irregularidades en su administración, Ávila enfatiza: “Había una serie de vicios en la petroquímica que estamos acabando”.
Director de Planimara, en Zulia, y presidente de la Zona Franca de Paraguaná (Zonfipca), el nuevo presidente asegura que su gestión explora otras formas de elevar la producción y comercializar materia prima a los mercados internacionales. 
“Un barril de petróleo vale 50 dólares, 369 yuanes; pero un barril de petróleo procesado por la petroquímica está en el orden los 1.200 dólares. Del gas, nuestra materia prima, salen 1.200 subproductos, si alcanzamos el 20% tendremos un gran potencial”, explica. 


—¿Cuáles son las directrices de su administración?
— El Presidente ha dado unas líneas que son moralizar al personal de Pequivén, politizar la empresa, parecía que la Revolución no había llegado aquí, independizar la empresa de Pdvsa, mantener sus plantas, producir y le agregué otro: comercializar, la parte fuerte de Pequivén. La moralización significa llevar todos los beneficios que otorga el Gobierno a los trabajadores, cuando llegué me encontré con gran personal tercerizado.

—¿Y cuántos tercerizados han ingresado a la empresa?
— Ya logramos que entraran 431 personas a los tres complejos y a la sede corporativa. En el Complejo Ana María Campos ingresaron 202 tercerizados; Complejo Morón Hugo Chávez, 200 y en la sede corporativa en Valencia, 29.
No quiero que exista más tercerizados en la empresa. Un trabajador contratado (tercerizado) le cuesta a la industria (al mes) 3 millones 500 mil bolívares, mientras que a un trabajador de Pequivén le corresponden 1 millón 500 mil bolívares, con sus beneficios y su seguro.   


—¿Cómo lograrán la independencia que plantea de Pdvsa?
— Pequivén tenía una dependencia muy fuerte con Pdvsa, fue filial de la empresa y no dejaba crecer la industria. 
La materia fundamental de Pequivén es el gas y en el año 2016, el entonces ministro (de Petróleo y Minería) Eulogio del Pino  nos asignó unos campos de gas en el Lago (de Maracaibo).
Hicimos los estudios, pero no tienen la cantidad de gas requerida para la utilización y activar las plantas de LG I y LG II de  Ana María Campos. Nos van a ampliar las poligonales y a dar campos de gas en el  oriente del país. Cuando tengamos la ampliación de las poligonales, vamos a comenzar a trabajar con Rosneft, Perenco (empresa francesa), Gazprom y  empresas japonesas.
Ya adquirimos un buque con 20 mil toneladas métricas de gas propano que llega el 9 y 10 noviembre, así tendremos continuidad en la producción de resinas, glicoles, soda cáustica, en el complejo Ana María Campos.

—¿Cómo se encuentra la producción actualmente de Pequivén?
— En el complejo Hugo Chávez (en Morón, estado Carabobo), nos encontramos una caída que iba por el 22% de la producción. Con los trabajadores comenzamos a reparar y fabricar piezas y logramos aumentar la producción a 48%. Además, queremos reactivar el proyecto con empresas para terminar la planta de ácido sulfúrico. 
Tenemos planta de urea y amoniaco, que es la planta nueva que nos proponemos llevar al 95% de producción pero presenta una falla estructural y es que nunca le fue construido el muelle y esta planta tiene capacidad para cubrir el mercado nacional y exportar un 30% de sus productos. Estamos con el grupo Medral (de Catar) que va a invertir para que en 18 meses esté listo el muelle.
En el complejo José Antonio Anzoátegui (en Anzoátegui), están las empresas Metor, Supermetanol, Fertinitro.
Fertinitro  comenzará una parada en enero de mantenimiento mayor para llevar su producción al 95%. Las otras empresas mixtas están en 100% de funcionamiento. Y a la espera de la reunión con Metor para activar Metor III.
Con el Complejo Ana María Campos (en Zulia), el problema estructural que nos afecta tiene que ver con el gas y actualmente presentamos una parada técnica porque tenemos un buque que por el bloqueo económico tiene 78 días parado y no va a descargar hasta que se le pague, pero no encontramos cómo hacer para que el pago llegue.

—A inicios de año, trabajadores denunciaban la paralización de plantas en El Tablazo, ¿cuál es la situación en estos momentos? 
—Las plantas de pañales, jeringas y estibas en El Tablazo las tiene el Ministerio de Industrias Básica y está en un nivel de producción baja y Pequiven le está suministrando materia prima. 
Las plantas de urea perlada y amoniaco están paralizadas desde el 2013, ya se está armando el campamento de la empresa que ganó el concurso para hacer el mantenimiento mayor. 
 
—¿En qué se basa el nuevo modelo de comercialización?
—Estamos buscando nuevos esquemas, permutando productos, intercambiando tecnologías y otras monedas mientras nos adaptamos a la cesta de divisas. Va hacia un beneficio propio de intercambio. Hay países que sus gobiernos han estado en un bloqueo económico y que nos ayudan a buscar otros mecanismos
Tuvimos una reunión de trabajo en el complejo Ana María Campos con el grupo Mitsubishi,  accionistas de Metor, una empresa mixta de Pequivén. En esa mesa de trabajo se está coordinando para comenzar esta inversión de 230 millones de dólares, para montar Metor III para la producción de metanol, que tiene gran mercado internacional y le garantizamos unas facilidades. Ellos colocan la inversión, nosotros mantenemos el derecho de suelo donde van a estar y el precio del gas. 

—¿Cuál es el plan de exportación que propone?, ¿a qué mercados se dirige?
— El 70% de la producción de resinas va al mercado internacional, y el otro 30% al mercado interno, porque tengo que pagar en divisas el gas que se importará.  Al traer gas, activamos la línea de amoniaco, urea perlada y glicoles. 
Tenemos visto los países del Caribe para exportar la materia. El jueves 2 de noviembre  vamos a Surinam para entregar 5 mil toneladas de urea dentro de los convenios de Petrocaribe. Tenemos mercado en Colombia a través de Monómeros, una empresa venezolana, a la cual le estamos suministrando 80 mil toneladas de urea y  ellos procesan la urea para sacar NPK (una parte viene a Venezuela), le damos además amoniaco, metanol. Todo lo comercializan a Argentina, Chile, Ecuador. 

— ¿Ha detectado casos de corrupción durante su gestión?
—Hemos encontrado detalles, vicios, en todos los niveles.
Ahorita estamos controlando todo, tenemos un control de casi 90% de la petroquímica, por eso los seis puntos de la gestión.
Hemos detectamos alrededor de 80 casos de corrupción y le pedí al fiscal general que designara a un fiscal. A la exfiscal también le mostré unos casos pero no los quiso procesar.
Por los momentos, mi función no es hacer persecución, pero vamos a atacar los casos emblemáticos, porque hay que darle muestra al país de voluntad de cambio.

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