Recientemente participamos en el XIV Congreso Nacional de Historia Regional y Local y el Primer Congreso Internacional de Historia, convocados por el Centro Nacional de Estudios Históricos, en San Felipe, Yaracuy.
Desde la mesa “Medios de Comunicación e historia”, conversamos sobre “Los medios y la reconstrucción de la realidad”. Abordamos como los medios construyen relatos y narrativas” cargados de valor simbólico, en un país sometido a una dinámica polarizante, que exige vivirlo, observarlo y narrarlo desde dos aceras políticas.
¿Son los medios actores eminentemente políticos? O por el contrario, ¿son simples formas de mediación tanto del conocimiento como de la política? Indudable el protagonismo de los medios y el hecho de que constituyen un factor imprescindible para el análisis de la democracia, la representación política, los partidos políticos, el comportamiento electoral… Imbricados en la contienda política y afectados por una alta polarización informativa, se desempeñan como intérpretes activos que dotan de significado a los acontecimientos políticos; abandonado el papel de vigilante del entorno toman partido, participan activamente en la contienda política e intervienen como un actor más en el debate, declinando su función de mediación.
La politización de la información, la implicación del periodismo en la arena política y el consecuente frentismo mediático como extensión de la confrontación política, es una realidad en la Venezuela actual. Cobra vida el periodismo militante que se involucra intensamente en la contienda partidista y, convencido de prestar un servicio al sistema democrático, reseña y atiza la conflictividad social. Un periodismo militante persuadido de las virtudes del bando en que se atrinchera y, desde esa plataforma político-partidista, se aboca a la crítica o denuncia de todo aquello que no encaje o se desvíe de sus marcos referenciales.
Los medios en tanto constructores sociales de la realidad, crean esquemas de significación simbólica que facilitan la comprensión del entorno. Transmiten sus contenidos en forma de historias o narrativas, de relatos cargados de valor simbólico.
La realidad es lo que percibimos y hemos vivido, sentido y experimentado. La realidad es, entonces, una producción comunicativa en un contexto histórico en el que el periodismo de trinchera se ha convertido en un ideal informativo, desde donde los medios nos narran la historia presente.
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