Foto: Archivo
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Caracas, 28 de octubre de 2017.-  Hace 142 años fue inaugurado el Panteón Nacional por el Presidente de Venezuela, Antonio Guzmán Blanco durante su primer gobierno.
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La edificación ha servido como repositorio para las cenizas de los grandes próceres de la independencia, escritores, historiadores, sacerdotes, políticos y científicos; cuya memoria es reconocida por cada nueva generación como fuente de inspiración para la construcción de la Patria.
La estructura sirvió, desde el 28 de octubre del año siguiente, para guardar los restos del Padre de la Patria Simón Bolívar, hasta el 15 de mayo de 2013.
Entre 1910 y 1911 la edificación sintió una intervención intensa, cuando se instaló en la fachada de su nave central, la elevada torre que le distingue hasta hoy, siendo decorados sus techos por la mano del pintor Tito Salas.
A diferencia de otros mausoleos de su tipo en el mundo, el Panteón Nacional no fue levantado con este fin. El 27 de marzo de 1874, la iglesia de la Santísima Trinidad, se convirtió en mausoleo por medio de un decreto emitido por el gobierno de Antonio Guzmán Blanco.
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Origen del Panteón Nacional
La Iglesia de la Santísima Trinidad originalmente construida en 1744, en tiempos de la Colonia, quedó completamente destruida con el terremoto de 1812. Parcialmente restablecida en 1842 sirvió de depósito temporal a los restos del Libertador, mientras se acondicionaba un espacio en la Catedral de Caracas, adonde debían quedar depositados según decreto de José Antonio Páez.
Su ubicación al norte de la capital y las posibilidades de ampliación atrajeron en 1874 la atención del autócrata y sus arquitectos, para reconstruirla con un modelo neogótico. En el curso de sus gobiernos Guzmán adelantaría una política contradictoria en materia de templos, por cuanto de una parte impulsa el culto católico el edificar la Basílica de Santa Teresa y Santa Capilla, de otra parte hace construir el Templo Masónico, de orientación “mundana” según Zawisza; y el Panteón Nacional, con criterios de laicidad para perpetua honra del procerato nacional.
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Primeros en ingresar al Panteón Nacional
Los primeros en recibir honores dentro de la monumental edificación fueron Francisco Rodríguez del Toro, antiguo Marqués del Toro (y notable de la I República), Ezequiel Zamora ‘General del Pueblo Soberano’ así como José Gregorio Monagas, Juan Crisóstomo Falcón y Manuel Ezequiel Bruzual.
La selección de este recinto se basó en dos elementos principales: Su ubicación geográfica, que entonces estaba separada del casco central de la ciudad y ofrecía una extensa vista panorámica, y segundo su valor histórico. Bolívar había sido bautizado allí el 30 de julio de 1873 y sus restos habían sido depositados temporalmente en la iglesia el 17 de diciembre de 1842, tras ser repatriados desde Colombia ese mismo año.
Además, desde 1851 albergaba los restos de José Gregorio Monagas, Andrés Ibarra y Ezequiel Zamora, por órdenes de Guzmán Blanco.
Durante el gobierno de Joaquín Crespo, se levantaron cuatro nuevos monumentos. Dos por decreto del 22 de enero de 1895, los cenotafios (sepulcros vacíos) de Francisco de Miranda, de quien se desconoce el paradero, y Antonio José de Sucre, quien esta enterrado en Quito, Ecuador. Y los otros por decreto del 5 de julio de 1896, el monumento a José Gregorio Monagas y el monumento conmemorativo de la Federación con las estatuas de Juan Crisóstomo Falcón y Ezequiel Zamora.
Para el centenario de la Independencia de Venezuela en 1910, el Ministerio de Obras Públicas del gobierno de Juan Vicente Gómez convocó a un concurso para realizar una reforma total del Panteón.         /CP
Fuente: AVN/ Correo del Orinoco