ÉPALE 230 PARA VIVIR
POR VÍCTOR VILLASMIL  VICTORVILLASMIL@OUTLOOK.COM
La quimioterapia se define como el uso de fármacos para destruir las células cancerosas, al evitar que estas crezcan y se dividan. Los médicos usan la quimio de diferentes formas y en diferentes momentos: antes de la cirugía o la radioterapia para reducir tumores y después para reducir cualquier célula cancerosa que persista, como único tratamiento para tratar cánceres de la sangre o del sistema linfático, para combatir un cáncer que vuelve después del tratamiento y, por último, para combatir una metástasis.
Esto suena bien, con lógica y sentido común, siempre y cuando la quimioterapia hiciera exacta, única y correctamente eso: matar las células cancerosas. Pero sucede que un tratamiento de quimio es como si tuviéramos un bello jardín en el que surgiera uno o pequeños brotes de monte y fumigáramos toda la plantación con un fuerte herbicida. ¿Resultado? Atacaríamos y mataríamos no solo la mala hierba sino todas las plantas y solamente tendríamos de nuevo el jardín dependiendo de la fortaleza y la capacidad de recuperación del resto del ecosistema, y esto incluye al mismo monte. Y eso es precisamente lo que hace la quimio, ataca y mata no solo a las células cancerosas sino a todas las del organismo, deteriorando aún más el metabolismo y mandando al sistema inmunológico al subsótano, ya que de por sí está en el suelo.
La quimioterapia surgió en la Segunda Guerra Mundial como alternativa para atacar con gas mostaza el tumor canceroso. Su acción es poco específica, trata de impedir la reproducción o división celular, que en células cancerosas es muy alta. Su éxito depende más de factores colaterales relacionados con las fortalezas orgánicas, mentales y emocionales del paciente que del objetivo buscado.
Esta es la razón de que su éxito se mida en años en que sobrevive el paciente una vez diagnosticado el cáncer y que el doctor Peter Glidden, médico naturópata americano, autor del libro El médico, emperador al desnudo, afirme categóricamente que “en el 97% de los casos, la quimioterapia no funciona y la única razón por la que se usa es porque los médicos se lucran con ella”.
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