Opinión
Caracas, 28 May. AVN
En este momento que vive la Revolución Bolivariana, cuando la ultraderecha asecha malévolamente, el ciudadano de a pie, es decir la mayoría de la población, debería tener claridad acerca de las razones que hay detrás de esta hiperinflación que desangra los bolsillos de los y las venezolanas.
En esto de la claridad, es bueno recordar que, hasta hace poco, algunos compatriotas pedían casi a gritos que el Gobierno le soltara las riendas a los controles de precios: "no importa el precio de los productos, lo importante es que se consigan", se escuchaba decir hasta en espacios "chavistas". ¿Cuál era el metamensaje?: con mi especulador no te metas, algo similar a: "Especulo, pero doy empleo", triste frase de un empresarios venezolano, venido a menos tras saltar la raya de la legalidad.
Los especuladores, que son producto de una cultura mercantilista, encontraron la rendija necesaria y por allí se metieron, siguen y estarán durante mucho tiempo, a menos que el Pueblo tome conciencia, se organice y los enfrente.
Porque para torcerle el pescuezo a la hiperinflación es necesario que el Pueblo asuma la vanguardia. La derrota de la guerra económica, que ataca desde diferentes frentes, no puede estar solo en manos de la institucionalidad.
Y cómo asumir la vanguardia? Una de las formas es la organización para la defensa. En el campo de la hiperinflación, que está amarrada al abastecimiento y la especulación, el conocimiento sobre los antecedentes motivaciones y consecuencias es determinante para decidir qué hacer.
Es harto conocido que la especulación en los productos y bienes de primera necesidad es un detonante del descontento en la población, que, atrapada en el desespero, exigiría mano dura al Gobierno, acción que vendría como anillo al dedo para que la ultraderecha se cuele y dé al traste con el avance del proceso revolucionario.
No basta el buen olfato para detectar la estrategia de la ultraderecha, o para planificar y ejecutar un conjunto de acciones que reviertan el brutal golpe que acusa la población por todos los flancos.
La formación, bien sea formal, autodidacta o mediante el estudio sostenido, es determinante para reimpulsar la revolución bolivariana. Y aquí viene la tan practicada autocrítica por parte de Chávez: A casi 20 años de iniciado el proceso revolucionario, la formación de cuadros políticos sigue siendo una asignatura pendiente, cuya importancia no termina de convencer a los decisores políticos.
Es así como este aspecto, en el cual el hombre y la mujer nueva deberían fundamentar su accionar a partir de las referencias teóricas que se adquieren tras la lectura e investigación, es soslayado por el "tareismo".
Por: Marisol Rodríguez
Foto: Gregorio Terán, AVN
En esto de la claridad, es bueno recordar que, hasta hace poco, algunos compatriotas pedían casi a gritos que el Gobierno le soltara las riendas a los controles de precios: "no importa el precio de los productos, lo importante es que se consigan", se escuchaba decir hasta en espacios "chavistas". ¿Cuál era el metamensaje?: con mi especulador no te metas, algo similar a: "Especulo, pero doy empleo", triste frase de un empresarios venezolano, venido a menos tras saltar la raya de la legalidad.
Los especuladores, que son producto de una cultura mercantilista, encontraron la rendija necesaria y por allí se metieron, siguen y estarán durante mucho tiempo, a menos que el Pueblo tome conciencia, se organice y los enfrente.
Porque para torcerle el pescuezo a la hiperinflación es necesario que el Pueblo asuma la vanguardia. La derrota de la guerra económica, que ataca desde diferentes frentes, no puede estar solo en manos de la institucionalidad.
Y cómo asumir la vanguardia? Una de las formas es la organización para la defensa. En el campo de la hiperinflación, que está amarrada al abastecimiento y la especulación, el conocimiento sobre los antecedentes motivaciones y consecuencias es determinante para decidir qué hacer.
Es harto conocido que la especulación en los productos y bienes de primera necesidad es un detonante del descontento en la población, que, atrapada en el desespero, exigiría mano dura al Gobierno, acción que vendría como anillo al dedo para que la ultraderecha se cuele y dé al traste con el avance del proceso revolucionario.
No basta el buen olfato para detectar la estrategia de la ultraderecha, o para planificar y ejecutar un conjunto de acciones que reviertan el brutal golpe que acusa la población por todos los flancos.
La formación, bien sea formal, autodidacta o mediante el estudio sostenido, es determinante para reimpulsar la revolución bolivariana. Y aquí viene la tan practicada autocrítica por parte de Chávez: A casi 20 años de iniciado el proceso revolucionario, la formación de cuadros políticos sigue siendo una asignatura pendiente, cuya importancia no termina de convencer a los decisores políticos.
Es así como este aspecto, en el cual el hombre y la mujer nueva deberían fundamentar su accionar a partir de las referencias teóricas que se adquieren tras la lectura e investigación, es soslayado por el "tareismo".
Por: Marisol Rodríguez
Foto: Gregorio Terán, AVN
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