domingo, 27 de mayo de 2018

Iván Duque, apoyado por Álvaro Uribe, camino a la presidencia de Colombia

2018

Reuters
Referencial
Desde que era un adolescente Iván Duque decía a sus compañeros y profesores en el colegio que quería ser presidente de Colombia. Casi tres décadas después y a sus 41 años su sueño podría hacerse realidad.
El político quedó líder en la primera vuelta del domingo con casi un 40 por ciento de los votos, pero al no obtener más de la mitad tendrá que definir la presidencia en un balotaje el 17 de junio frente al izquierdista Gustavo Petro.
Apoyado por Uribe
El corpulento abogado de cabello prematuramente canoso es el candidato con el que la derecha y el partido Centro Democrático del expresidente Álvaro Uribe aspiran a recuperar el poder para enderezar a un país que dicen que perdió el rumbo en seguridad, crecimiento económico e inversión social.
“Tenemos la obligación de transformar a Colombia, de devolverle la seguridad y la confianza a los ciudadanos, de impulsar el emprendimiento y de trabajar para lograr un país con justicia social”, dijo Duque durante su campaña.
Pero enfrentará grandes retos si gana. Una desaceleración económica se suma a un aumento de la inseguridad por la aparición de disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y de bandas criminales que buscan asumir el control de las zonas que controló la desmovilizada guerrilla y que son claves para el narcotráfico.
Además de los problemas de salud y educación que marcan una profunda desigualdad social en el país de 50 millones de habitantes, deberá asumir la situación de la migración de miles de venezolanos que han huido de la crisis política, económica y social de la nación petrolera.
Tema Venezuela 
Duque dice que su principal rival, el izquierdista Gustavo Petro, convertirá a Colombia en otra Venezuela. Con una buena percepción entre los empresarios e inversionistas, propone bajar los impuestos y aumentar los salarios a los trabajadores para impulsar la economía.
Económicamente, Duque tiene “una visión ortodoxa, pro-negocios y pro-empresa privada para la generación de nueva riqueza y para la expansión del progreso social”, dijo Andrés Molano, director del Instituto de Ciencias Políticas Hernán Echavarría Olózaga.

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