domingo, 27 de mayo de 2018

RESUMEN DE OPINIÓN – 22.05.2018

ente: A.E. (08:05 HLV)


 Agendas Informativa Nacional e Internacional





TEMAS ABORDADOS

TEMA: RESULTADOS ELECCIONES PRESIDENCIALES - ABSTENCIÓN
MATRICES: ABSTENCIÓN APLASTANTE - PROTESTA, FRAUDE,  PROYECTO CONTINUISTA DE MADURO, DICTADURA “TRIUNFANTE”, LÍDERES DE OPOSICIÓN DEBEN COMPRENSIÓN Y RESPETO “PUEBLO QUE NO VOTÓ”, COMUNIDAD INTERNACIONAL DESCONOCE LA LEGITIMIDAD, MADURO LIDERAZGO EN DECLIVE, “REBELIÓN DE LAS BASES CONTRA LA DIRIGENCIA CHAVISTA”, DESPRESTIGIADOS PARTIDOS DE LA MUD, “TRIUNFO PÍRRICO”
TEMA: ESCENARIO POST – ELECTORAL / INTERVENCIONISMO
MATRICES: DESTRUCCIÓN DE LA ECONOMÍA, LA MARGINALIZACIÓN DE LA SOCIEDAD, CRISIS HUMANITARIA, DESLAVE SOCIO-CULTURAL, DESINTEGRACIÓN NACIONAL, RÉGIMEN AUTORITARIO, ESTADO FORAJIDO, “CRISIS VENEZOLANA NO TIENE SALIDA ELECTORAL” INTERVENCIÓN INTERNACIONAL.

BALANCE GENERAL

EDITORIAL (El Nacional): Hace bien la oposición cuando celebra la abstención aplastante en las “elecciones” presidenciales, (…). Se puede establecer una relación entre el llamado hecho por la MUD y por el Frente Ampliode no presentarse a convalidar un fraude cantado y programado para satisfacer el proyecto continuista de Maduro, pero el establecimiento de una relación automática entre la huida masiva de los electores y el mensaje de los líderes carece de sustento firme. De allí la necesidad de mirar con entusiasmo comedido el panorama, no vaya a ser que se piense que estamos ante un triunfo apabullante de un plan sembrado con lucidez y con paciencia por la dirigencia conocida y manida que hemos tenido hasta ahora.
Tomás Straka (Prodavinci): (…) las elecciones del 20 mayo se desarrollaron según lo previsto (…)  Nicolás Maduro ha sido proclamado ganador y buena parte de la comunidad internacional desconoce la legitimidadde los comicios. (…) las cosas parecieron haber tomado por sorpresa a muchos, comenzando tal vez por el mismo gobierno. La amplitud de la abstención y el hecho de que por primera vez el abstencionismo parece traducirse en un propósito claro ha descolocado a todos los actores del drama. (…)  La abstención ha sido una protesta de dimensiones similares a las de las firmas contra la Constituyente del 16 de julio de 2017. (…) Por todo esto el de Maduro parece ser un triunfo pírrico (…)  y a lo mejor los militares, se estarán preguntando si es Maduro el hombre para seguir adelante. Si la rebelión de las bases del chavismo no le produjo una herida de la que ya no se podrá recuperar.
Tulio Álvarez (Tal Cual): Desde la perspectiva de la destrucción de la economía, la marginalización de la sociedad y la crisis humanitaria no habrá un nuevo amanecer después del simulacro, (…). No se trata de la sustitución de Nicolás Maduro, ni siquiera se limita a la extirpación de esos tumores rojos y purulentos que han hecho metástasis en el sistema político  (…)  El único efecto práctico del teatro del 20-M es en el plano internacional. (…) a partir de esta fecha, el régimen de Maduro certificó por sí mismo que la crisis venezolana no tiene salida electoral. (…)  Mi convicción es que el manotazo dado hoy por Maduro lo termina de aislar pero, lo más relevante, define la imposibilidad de una salida electoral al colapso que vive Venezuela. Ante tal situación, bajo la aplicación de los artículos 1(3) y 2(4) de la Carta de la ONU, (…)  está dado el supuesto de hecho para una intervención internacional en nuestro país.

EXTRACTOS DE LOS ARTÍCULOS DE OPINIÓN

EDITORIAL: El rompecabezas de la oposición (El Nacional)
Hace bien la oposición cuando celebra la abstención aplastante en las “elecciones” presidenciales, pero no debe exagerar cuando toca las campanas. Se puede establecer una relación entre el llamado hecho por la MUD y por el Frente Amplio de no presentarse a convalidar un fraude cantado y programado para satisfacer elproyecto continuista de Maduro, pero el establecimiento de una relación automática entre la huida masiva de los electores y el mensaje de los líderes carece de sustento firme. De allí la necesidad de mirar con entusiasmo comedido el panorama, no vaya a ser que se piense que estamos ante un triunfo apabullante de un plan sembrado con lucidez y con paciencia por la dirigencia conocida y manida que hemos tenido hasta ahora.
Es cierto que la idea de no votar fue anunciada por esa dirigencia, pero quizá más por las dificultades que tenía para salir airosa del evento que por la hechura de un plan orientado hacia el triunfo. Nadie duda de cómo debatieron en las sedes de los partidos para terminar invitándonos a que nos quedáramos en casa, pero pensar que les obedecimos por el peso de sus argumentos y por el magnetismo de sus voces no es sino una exageración. (…)
La abstención se fue haciendo paulatinamente un sentimiento nacido en los intereses del votante, una decisión promovida por los padecimientos de cada cual, por la sensibilidad de cada quien, que salió de lo individual para convertirse en fenómeno colectivo sin una dirección visible y concreta. Cada votante tenía un argumento particular para no votar, o quizá no lo tuviera, o no le expresara cabalmente. (…)  así como debe preocupar a la dictadura “triunfante” después de la olímpica patada que recibió, debe poner a pensar a los líderes de la oposición antes de que se atribuyan la paternidad de la criatura.
Los líderes de la oposición deben mirar con ojos distintos al pueblo que no votó. (…). Sabemos que no es fácil lidiar con una realidad inédita, con un desafío como el que lanzó un electorado que convirtió a Venezuela en un desierto que obliga a una travesía jamás realizada, pero la única forma adecuada de hacer política depende de su comprensión y de su respeto. ¿Actuarán en consecuencia el Frente Amplio y la MUD?

Tomás Straka: La rebelión de las bases (Prodavinci)
En un solo aspecto las elecciones del 20 mayo se desarrollaron según lo previsto por los analistas: Nicolás Maduro ha sido proclamado ganador y buena parte de la comunidad internacional desconoce la legitimidad de los comicios. Pero a partir de este punto las cosas parecieron haber tomado por sorpresa a muchos, comenzando tal vez por el mismo gobierno. La amplitud de la abstención y el hecho de que por primera vez el abstencionismo parece traducirse en un propósito claro ha descolocado a todos los actores del drama. El 21 de mayo nadie está en el lugar en el que estaba el 20, y la decisión que cada uno tome ante las cifras definirá su destino inmediato y tal vez el de todo el país.
La abstención ha sido una protesta de dimensiones similares a las de las firmas contra la Constituyente del 16 de julio de 2017, pero con dos diferencias: esta vez la protesta vino, en su aspecto más notable, del lado de quienes apoyan (o al menos se creía que apoyaban) al gobierno; y no demuestra seguir un liderazgo. Al contrario, ha rematado algunos liderazgos en declive, como el de Maduro, demostrando cuán hondo es el vacío en este aspecto. El Frente Amplio es el que más puede parecerse a un ganador en la jornada, aunque mucho de su triunfo haya sido por carambola.
Como los opositores no tenían razones para votar, lo singular está en que los chavistas no lo hayan hecho tampoco. Eso demuestra que el nivel de descontento ya llegó muy adentro entre quienes se consideran chavistas o, en todo caso, están dentro de las redes del gobierno por empleo, ayudas u otra razón; y queMaduro carece de liderazgo en las bases de la alianza de partidos que es el chavismo. No ir a votar podría leerse como una especie de rebelión de las bases contra la dirigencia chavista; la respuesta a las dádivas (…) y a las amenazas, reales o supuestas, de expulsión del empleo o pérdida de beneficios que en este contexto pueden ser, literalmente, de vida o muerte para una familia.
No siempre la abstención tiene perfiles tan definidos ni se traduce en consecuencias tan contundentes. Desde que comenzó a aparecer como fenómeno en la década de 1980, ha sido objeto de diversas interpretaciones. (…) Sólo en dos ocasiones se llamó a la abstención como una táctica clara: en las elecciones parlamentarias de 2005 y en las regionales de 2017. En ambas con resultados desastrosos para la oposición. El chavismo jugando en solitario se alzó con victorias resonantes, incluso en 2017 cuando ya estaba claro que había dejado de ser una mayoría nacional y el gobierno de Maduro ya había perdido el prestigio internacional que siempre acompañó a Chávez. Por eso, el llamado a abstención del Frente Amplio como mínimo generaba dudas entre muchos opositores. ¿Por qué insistir en una táctica que había fracasado? ¿Por qué creer en un grupo en el que están los muy desprestigiados partidos de la MUD, a quienes se les acusa de la cadena de reveses vivida por la oposición desde octubre de 2016? ¿No ocurriría como en las otras ocasiones y simplemente Maduro se alzaría con la victoria ante el forfait de la oposición?
La respuesta provenía del hecho de que países claves de la comunidad internacional —Estados Unidos, Europa, Latinoamérica— habían señalado que no considerarían legítimas unas elecciones convocadas en las condiciones que imperan en Venezuela. Esta postura es un triunfo de la oposición; de hecho, el único real que había tenido desde hace más de un año. Pero esperar a que la presión internacional surta efecto es demasiado para los niveles de angustia de los venezolanos. (…)
(…)
Las encuestas parecían indicar que algo más de un 50% votaría, por lo que el escenario de un Maduro triunfador por la maquinaria y acaso por trampa, junto a dos opositores pro-sistema, empezó a convencer a algunos analistas. Pero eso no ocurrió. No se vieron colas en ninguna parte. Falcón demostró no tener la fuerza suficiente para sustituir a la MUD y su desconocimiento de las elecciones parece matar la posibilidad de que integre alguna unidad con Maduro (aunque no sabemos qué decidirá en las siguientes horas si este insiste en el llamado hecho por Maduro de dialogar con los dos candidatos). Maduro tampoco puede decir que fue avalado por los votos. Es evidente que si muchos opositores tuvieron un dilema ante Falcón y otros simplemente habían decidido firmemente no votar, algo parecido estaba pasando entre los sectores que gravitan en torno al chavismo. Que el carnet de la patria tenga 13 millones de personas registradas y que el CNE le haya atribuido cerca de seis millones de votos, dice bastante de la capacidad de movilización de este y en general de todos los sistemas de ayudas gubernamentales. Esas largas filas de personas sacando el carnet de la patria y participando en esa especie de forcejeo entre el PSUV y Somos Venezuela (…)
Ni Falcón pudo convertirse en el jefe de la oposición, ni Maduro parece serlo del chavismo. (…) Involucrar aSomos Venezuela con la red del carnet de la patria pone directamente en manos de Maduro la red de distribución de ayudas, lo que potencialmente debilita al PSUV y acaso le haya pasado alguna factura. Por su parte, el Frente Amplio, que llamó a la abstención, es el que tiene más razones para sonreír: la misma está, según los cálculos, cerca del 52% y era el dato que faltaba para que la comunidad internacional considerase a Maduro un presidente ilegítimo. Pero como vemos, lo que hizo la diferencia en la abstención no fueron los opositores que se quedaron en sus casas, sino los chavistas (…). Otro que tiene razones para sonreír esJavier Bertucci, que de ser casi un desconocido creció en pocas semanas a más del 10% de los votos. Ya ha reconocido los resultados de las elecciones, por lo que es probable se dedique a hacer crecer su movimiento cohabitando de alguna forma con el gobierno y seguramente aceptando el llamado a diálogo de Maduro, si el presidente insiste en hacerlo.
Gente asustada porque ha oído que el carnet de la patria registraría su voto y así podría perder el CLAP o la pensión, que a lo mejor teme que la llegada de un opositor al gobierno signifique que la desalojen de su apartamento de la Misión Vivienda o la boten del ministerio (basta revisar lo que dicen algunos en las redes para hacer verosímil ese temor), gente, como vemos, con razones contundentes para votar, dijo basta. O le perdió el miedo a Maduro, porque no le cree nada, ni las amenazas reales o atribuidas; o ya está tan harta que no le importa lo que pase. O incluso actuó dentro de las rivalidades que probablemente hay en el chavismo, con un partido fundado por Chávez y otro por Maduro.
Por todo esto el de Maduro parece ser un triunfo pírrico, para recordar una palabra que hizo famosa el “comandante eterno”. Lo deja además de ilegítimo, con una contundente demostración de falta de liderazgo dentro del bloque gubernamental. Tiene poder real y algún margen de acción, pero ante las tormentas que se avizoran por el estado de la economía, el recrudecimiento de las sanciones después de estos comicios y la venganza que la Conoco-Phillips espera cobrar más temprano que tarde, muchos de los que tienen intereses en el gobierno, como China, Putin, y a lo mejor los militares, se estarán preguntando si es Maduro el hombre para seguir adelante. Si la rebelión de las bases del chavismo no le produjo una herida de la que ya no se podrá recuperar.

TULIO ÁLVAREZ: Pase lo que pase: No hay salida electoral (Tal Cual)
Escribo contento por haber cumplido la promesa que me hice a mí mismo de no comentar u opinar sobre el evento convocado por el régimen para este 20 de mayo. Tampoco recomendé comportamiento alguno a los allegados que me plantearon un falso dilema. Considero que ya era suficiente con lo dicho en pasadas elecciones para formar criterio y que el foco del problema es distinto. En consecuencia, cualquier manifestación personal resultaría inocua y, aun peor, podría obstaculizar algún aporte para el día después.
Desde la perspectiva de la destrucción de la economía, la marginalización de la sociedad y la crisis humanitaria no habrá un nuevo amanecer después del simulacro, pase lo que pase. No se trata de la sustitución de Nicolás Maduro, ni siquiera se limita a la extirpación de esos tumores rojos y purulentos que han hecho metástasis en el sistema político y que algunos aun llaman revolución. Venezuela vive un deslave socio-cultural y una inversión de valores que nos está colocando al borde de la desintegración nacional. Entonces, un cambio de presidente, equipo de gobierno o partido no basta. Creo que está petición de principio ha debido ser la base de cualquier decisión estratégica pero, estemos claros, estos no son tiempos de racionalidad.
Otro elemento clave es la consideración de que aquí vivimos una crisis política en un enfrentamiento por la legitimidad entre el gobierno y la oposición. Falso de toda falsedad. Se trata de un pueblo que se enfrenta a unrégimen autoritario con vocación total que viola sistemáticamente los derechos humanos, al punto de desconocer toda recomendación y decisión de los organismos regionales y mundiales, colocándose al margen de la ley internacional.
El único efecto práctico del teatro del 20-M es en el plano internacional. Efectivamente, a partir de esta fecha, el régimen de Maduro certificó por sí mismo que la crisis venezolana no tiene salida electoral y la comunidad de naciones toma nota de tal situación. La base de tan rotunda afirmación tiene fundamento en los siguientes antecedentes:
El fraude electoral inaugural ejecutado en el marco del referendo revocatorio del mandato de Chávez Frías el año 2004. Después continuaría una cadena de procesos fraudulentos que se prolongaría hasta la muerte del líder rojo.
La forma en que se celebró la tramoya de elección presidencial en abril de 2013, la inelegibilidad de Nicolás Maduro, dada su doble nacionalidad y condición de vicepresidente en ejercicio y el artero desmantelamiento de la protesta por el fraude, lo que implicó la entrega de un resultado que culminó con un supuesto resultado que favoreció a Maduro con 50.6% de los votos contra el 49.1% de Capriles.
La utilización del control institucional sobre el Estado para anular el resultado de la elección parlamentaria del 9 de diciembre de 2015. En este inusitado pero justificado resultado la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) ganó 112 de los 167 escaños en el Nacional a pesar de todas las manipulaciones y ventajismos concebibles.
Inmediatamente se activa el plan B del Estado Forajido, el 30 de marzo de 2017, despojando de todo poder al Parlamento sobre la base de un desacato del órgano que representa al Pueblo de Venezuela a los dictámenes de la cofradía judicial del PSUV. También, en mayo de 2016, Maduro declara el estado de emergencia asumiendo poderes legislativos de facto, incluido el derecho a imponer medidas de seguridad en áreas más allá de lo económico.
(…)
Y ahora, el sainete pretende imponer que volvieron a votar más de ocho millones de venezolanos. Prueba irrefutable de fraude.
Se evidencia de la relación de acontecimientos y del montaje que se produjo el 20-M que está cerrada toda vía electoral. Pero además la crisis humanitaria en Venezuela deriva en una masiva migración que ha sido calificada por Shannon O’Neil, representante de Latin America at the Council on Foreign Relations, como la mayor crisis de refugiados en el hemisferio en la historia moderna. El número de refugiados venezolanos crece exponencialmente y, combinada a la actitud belicista del régimen y sus alianzas con el narcotráfico, pone en riesgo la paz y seguridad de la región. Esta grave situación ha sido confirmada por la agencia de la ONU para los refugiados ACNUR y define un número aproximado de cuatro millones de compatriotas que han huido el país.
Mi convicción es que el manotazo dado hoy por Maduro lo termina de aislar pero, lo más relevante, define laimposibilidad de una salida electoral al colapso que vive Venezuela. Ante tal situación, bajo la aplicación de los artículos 1(3) y 2(4) de la Carta de la ONU, regulatorios de la promoción de derechos humanos y la posibilidad de actuar para solucionar una crisis humanitaria, está dado el supuesto de hecho para unaintervención internacional en nuestro país.
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