viernes, 25 de mayo de 2018

Javier Bertucci deja en evidencia el chantaje de la "ayuda humanitaria" gringa


Un primer asomo nos da perspectivas de nuevos actores políticos y tensiones en Venezuela. En medio del reacomodo que ha ocasionado la elección presidencial del pasado 20 de mayo, surge la figura del empresario evangélico y ex candidato presidencial, cuyas acciones y declaraciones dan a entender que acepta los canales de diálogo propuestos por el presidente Maduro, y han motorizado varias de las demandas de la oposición venezolana. 
Javier Bertucci es un empresario que inscribió su candidatura para las pasadas elecciones del 22 de mayo con la agrupación política Esperanza por el Cambio, representando a algunos sectores protestantes en Venezuela. Su propuesta alcanzó a convencer a más de 1 millón de votantes, lo que le hizo quedar de tercero en la justa electoral con poco más del 10% de los votos.
Su labor es conocida por sus famosas sopas que son distribuidas gratuitamente en espacios públicos de varias ciudades, lidera la iglesia Maranhatá y la organización El Evangelio Cambia, con la que congrega a más de 10 mil voluntarios en jornadas asistenciales. Este grupo lleva el "mensaje de Jesús" a las familias e incentiva a muchos a seguirles con música y teatro.
Quien es conocido como el pastor más popular del país, fue imputado en 2010 por contrabando agravado y asociación para delinquir, se le vinculó al tráfico de 5 mil toneladas métricas de diesel que había declarado ante las autoridades como un solvente denominado tecsol. Por dicho caso, le fue impuesta una medida de arresto domiciliario, y el 30 de septiembre de ese año se le aprobó un permiso para ausentarse de su residencia.
Es la cabeza de un entramado empresarial con redes en Panamá, República Dominicana, Venezuela y Miami, dedicado al comercio de alimentos, medicinas e insumos para la construcción. La filtración llamada Panamá Papers lo incluye en un grupo de 370 venezolanos que utilizaron el bufete panameño de abogados Mossack Fonseca para ocultar activos y ganancias en paraísos fiscales alrededor del mundo.

¿Una nueva oposición?

Sin embargo, Bertucci ha dicho que no abandonará la vida política y que su movimiento se transformará en un partido político formal que aprovechará la plataforma que ha construido en estados y municipios. Aun cuando denunció irregularidades en las elecciones presidenciales el mismo 20 de mayo, el empresario aceptó los resultados emitidos por el CNE y el miércoles 23 se reunió con Nicolás Maduro. Luego de dicha reunión, el mandatario nacional señaló que esta reunión forma parte de las acciones para buscar una reconciliación entre los venezolanos.
Por su parte, el ex pastor señaló haber superado la etapa de candidato y se autodenominó como "un líder social con profundos valores cristianos", ha asegurado que encabezará una nueva oposición para aglutinar a quienes se oponen al Gobierno. Asimismo advierte que no formará parte del Frente Amplio, tampoco de la MUD, ni de cualquier otra organización antichavista tradicional.
Antes de las elecciones, llegó a declarar que la MUD se compone de los mismos actores, "se cambiaron la gorra, se sentaron en una mesa y dijeron que era otra cosa. El pueblo ya no está para eso, necesita un liderazgo sincero que le diga la verdad y que, sobre todo, lo dirija a un lugar seguro, y yo me estoy convirtiendo en ese liderazgo".
Afirmó que espera que Maduro realice anuncios, y hasta liberaciones, de los políticos presos. Agregó que el Presidente "aprobó o sugirió que estaba dispuesto a que llegara la ayuda para atender a la población", refiriéndose a la apertura de un canal humanitario. Por último, exigió respuestas a las anomalías del proceso electoral que denunció el mismo domingo: "Que haya respuestas positivas permitiría generar confianza para otras elecciones", afirmó.
Respecto al canal humanitario, declaró que recibiría ayuda de organizaciones cristianas de Corea del Sur pero se mostró escéptico acerca de la ayuda de EEUU, porque la Administración Trump supedita dicha ayuda a la renuncia de Maduro.

El chantaje que quedó en evidencia

Con esta última declaración, Bertucci deja en evidencia que la "ayuda humanitaria" es un chantaje de EEUU y no una preocupación sincera, "despolitizada" e ingenua, sobre el deteriorado nivel de la población a causa de sus sanciones. El pastor fue enfático al exponer esta divergencia entre discurso y realidad, recalcando su desinformación con respecto a los supuesto barcos que entrarían a Venezuela con alimentos y medicinas e insinuando el uso de la "ayuda humanitaria" prometida como un mecanismo de extorsión, usado tanto en contra de él como del gobierno venezolano. 
La posición del ex candidato sugiere una diferenciación en los modos y decires de la oposición tradicional en Venezuela, liderada hoy por Julio Borges y Antonio Ledezma en el exterior.
Bertucci intenta poner en el centro de su discurso una sensibilidad social que, sincera o no pero diferente políticamente, ha estado desterrada del antichavismo usual y sus marcados intereses personales de poder y lucro.
Apela en todo caso a su condición de "líder responsable" para hacer de su plataforma organizativa un vehículo que pudiera permitir la capitalización de las demandas que, desde hace tiempo, viene planteando el antichavismo. Tanto los políticos presos ("presos políticos", según la narrativa de las ONGs) como el canal humanitario han sido banderas que no han trascendido del discurso.
Más bien, dirigentes opositores como Juan Requesens o María Corina Machado amenazan con seguir delinquiendo, mientras sus seguidores siguen a la espera de que dialoguen con las autoridades para poner en marcha alguno de sus vociferados canales humanitarios.
Curioso es que Bertucci ha atendido el llamado presidencial a la reconciliación y planteado sus demandas, con una especie de sentido de la oportunidad en una complejidad política en la que el antichavismo no tiene hacia dónde avanzar por la vía política, y las vías no políticas dependen de otros (EEUU, específicamente). Se trata de una administración otra del capital electoral alcanzado, en la que cada día y promesa cumplida cuentan para esa población que sufragó por el ex candidato evangélico.
"Mis valores cristianos me llaman a la humildad, y la humildad no puede sentarse con la arrogancia", dijo antes de las elecciones al referirse a algún tipo de acuerdo o alianza con Henri Falcón, siendo éste un político con poca inteligencia y olfato en el gesto de aprovechar lo obtenido a través de los votos en la tarde del 20 de mayo.
El presidente Maduro ha llamado al diálogo más de 330 veces (muchas de ellas en cadena nacional de radio y televisión), los náufragos de la MUD y el Frente Amplio disolvió la última oportunidad luego de que obedeciera a las presiones y deseos de sus patrocinantes. El ejercicio de la política define los pasos del reciente escenario venezolano entre interlocutores de varios sectores, desterrando a la dirigencia ultra opositora, claramente mediocre e hipotecada cuya única base se sustenta en los designios del gobierno y las corporaciones estadounidenses.

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